A los corazones perceptivos del jardín....
Como dijimos "ayer" la magnitud de los volúmenes de las plantasson un perfecto argumento para su elección. Pero no acaba ahí.
Otros atributos juegan a la hora de las elecciones: la textura, la densidad
de su copa, la rapidez o no de su crecimiento, la existencia en el mercado,
la adaptabilidad al clima y al suelo en que debamos plantar.......
Todos ellos se ensamblan y van apareciendo los pro y los contra, en cada
caso.
Las distintas cortezas de los árboles son un ejemplo simple de la variación de texturas,
pero también las hojas se muestran ásperas, pilosas, coriáceas, con pinchos,
suaves como helechos, y agresivas como las de las yuccas. Estos matices
las asocian con nuestras abstracciones, de lo que esperamos de ese lugar,
despojado con algo del desierto, tropical con fuertes reminiscencias de lo muelle,
suave y ondulante como la pampa, o con formas geométricas fuertes, por ejemplos.
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que el sol pase a través de las hojas en forma tenue, si deseamos que la luz se obture
por un colchón de hojas imbricadas, como en el Tilo, o si deseamos comer bajo
la sombra parcial y fresca de un jazmín del país amable y perfumado a su tiempo.
Cuando la rapidez de crecimiento está en juego, ya porque el emprendimiento debe
su existencia al "verde" del lugar o porque el reclamo de la vegetación es de primera
necesidad, debemos pensar en especies adaptadas al lugar, y reconocidas zonalmente,
sobretodo porque nuestra mirada las puede ver, y comprobar sus pocos años y relacionarlos
con su porte. Una cortina para los vientos; en un country, un campo, una casa en
las afueras de lo "urbano" debe llevar rápidas especies de crecimiento, y plena adaptabilidad al medio. Será el elemento protector de lo
que plantaremos luego,en forma centripeta, cuando ya los vientos dominantes
pierdan algo de sus fuerzas por las cortinas tan ponderadas.
Nos acordaremos de la floración de las especies, dandole su lugar y su importancia,
siempre es agradable sentirse halagado por ellas, y pensar que están ahí para que
uno las disfrute, olvidándonos de las obvias razones biológicas, de hacerse llamativas
para llamar la atención a los portadores de sus semillas, y asi perpetuarse felizmente.
Todo acudirá a nuestro pensamiento, en la forma que
surja, dando forma acompasadamente, al sitio de nuestros desvelos. Y buscaremos hasta
las lágrimas si es necesario, ese famoso genius loci del lugar, esa razón por encima de todas
las razones, que se nos presente aunque sea en una noche de insomnio y "mates" días
antes de la entrega del anteproyecto, cuando solo tratamos de decirnos: que es esto,
como será y cuando lo haremos¡¡¡
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