martes, 22 de noviembre de 2011

noviembre

Noviembre me deja quieta. Pensante. Y sobretodo asombrada:
como fue que pasó tan rápido?, como fue que creció un nieto en una panza
buena, que viajó y volvió otro a las islas del Pacífico y se bañó en medio
del océano tan lejano, que viajó tantas veces un hijo por todo el planeta,
que crecieron árboles en mi derredor por mi decisión y dibujo, que 
me amargué y sufrí unas cuantas veces, y que me reí y disfruté otras tantas.
Que este haiku de J.L.Borges me explique...............
"Algo me han dicho
la tarde y la montaña.
Ya lo he perdido."   


Dejo este haiku de Borges como epílogo, y las fotos de mi lugar docente del año que se funde en el que
viene.

fin de noviembre 2011

domingo, 20 de noviembre de 2011

se termina...............

En medio de las presiones obvias, de las entregas, y finales,
los chicos/as dieron lo que mejor pudieron para completar la fantasía,
a veces frustrante, de lo que debería ser el festejo de una año cumplido.
Esta vez logramos juntar gente de los tres cursos, y con alcancía conciliatoria:
hubo pancitos macrobióticos, tragos "de la Noche" -vermout y cola- 
y amable sencillez en discursos, y entrega de diplomas. 
Una buena señora con una sonrisa, ante mi llamado firme a sentarse a alguno
de los muchachos, para comienzo de ceremonia; me dijo: no me lo trate mal a mi pimpollo
que es un solcito¡¡. Y pensé que sí, que todos debían, deberían en realidad, ser
eso, pequeños grandes solcitos que a veces se dan luz a si mismos,
y en otras se cubren de nubes y de tormentas. De la que solo ellos pueden salir.
Se me ocurre, que la persistencia es solo una parte del camino.
El enojo es otra, y la incomparable capacidad archi-demostrada del ser humano,
de pararse sobre el propio error, reparar y avanzar. Y seguir hasta la verdadera fiesta:


concluir etapas, constituirse en personas enteras, trabajando en algo que dé placer.
Hay quien si y quien no. Como bien se sabe. Pero lo esencial- que no siempre
es invisible a los ojos- radica en este continuo terminar para volver a empezar.
Así que la fiesta es interminable, siempre habrá una mejor, otra, esperándonos.
A esa apuntaremos.


noviembre de 2011
Escuela de Diseño del Paisaje de Rosario