sábado, 3 de julio de 2010

La Escuela de Diseño del Paisaje se mudó.

Desde el año pasado, 2009, estamos en Laprida al 1500, de Rosario.
Un edificio de glorias pasadas, donde funciona una casi inexistente
y misteriosa Escuela de Carpintería, de hermosos salones
y herramientas ad hoc.
El pasaje fue, sin demasiada pena por los alumnos, y mucho menos gloria,
ya que no parece ser una característica de los mismos
el compromiso con la institución.
La Escuela dedicada a la resolución de la problemática urbana privada
y pública de los espacios del encuentro
y del goce de la mirada, se debate en su razón de ser sin encontrar
la fórmula que comprometa y atrape.
Los Paisajistas aspirantes siguen siendo en sus comienzos, numerosos
y entusiastas. Hasta que comienza el difícil intento de liarse con las
metodologías del estudio del diseño y en particular las del paisaje, tan
especiales en su comprensión.
Urge que la Escuela encuentre su "propio paisaje" interno, difícil y al
mismo tiempo posible aventura, de formar personas sensibles capaces
de relacionar-se con las otras profesiones que se ocupan del espacio exterior.