domingo, 25 de noviembre de 2012

Hace ya un montón de años, tal vez 20 o mas, fui amiga de Leticia Cossettini.
Con ella recorrí los caminos del jardín de su casa, los de su pensamiento,
y casi todo lo que su memoria amplia y dadivosa quiso darme.
Me llevé su sonrisa, sus maneras suaves y algodonosas, su convocatoria a reunión
en su casa por medio de una flor dejada en mi puerta-a escasas dos cuadras de
la de ella-su te en mesa de chapa en medio de peonías y ruiseñores.
Tengo como talismán, de todo lo creativo y bueno; un tapiz, unos libros, una enorme
caracola que alegra mi balcón, el libro de la Escuela Serena,
una conferencia que organicé en el Museo Estevez,
con Horacio Quiroga y Pedro Sinopoli, llamada "Desde el Jardín", con esa
ironía un poco labil que sostuve en esos años.
Lo cierto es que la escuché atentamente.
Pude oir sus cuartos de tono, sensibles
y apasionados. Puedo jurar que he visto una carta de puño y letra de  F. Birri, desde
Cuba, con distintos colores cada palabra, parafraseando a la famosa "quisiera ser
un pez..." para tocar mi nariz en tu pecera............, enviado por él a Leticia, y capturado por mi visión fotográfica y asombrada de esos tiempos.
Vi sus figurilas de chala: "recogidas con la fresca y torneadas"-dixit- Leticia me enseñó, la mansedumbre, la poesía, el combate a la desesperación de aquellos días. La veía caminar por la calle Alvarez Thomas vestida de color rosa, con chal del mismo color, y su rodete suave y esponjoso, que ya querría Platero.
Ese, al que ella puso en valor, en representación de títeres, frente a un Ramón Gimenez, asombrado y agradecido.
En la Escuela Carrasco. Mis hijos alentados por mí, cada vez que alguien mencionaba a las "Cossettini", decían: en estos salones estuvo el que escribió "Platero y yo", viendo la representación en teatro de títeres.
Y las maestras los neutralizaban, cambiando de tema rápidas, precisas, ocupadas en sus coyunturales y frágiles vidas.
Tal vez por algo de eso, ellos,  estén tan lejos cumpliendo con sus propios, plenos destinos de hombres.
Debe haber sido así, debió serlo. Y nada hay mas casual que las causas.



sábado, 24 de noviembre de 2012

Hoy....... fin de un año 2012 en la vida de la Escuela de Diseño
del Paisaje, y hubo la figura esperada para
el fondo existente, la melancolía
de la despedida
de y hacia lo que no se sabe.
Dicen-yo estaba en una prueba
de luces a 10 Km. de Rosario
-que la amabilidad y la ternura
hicieron su noche, y que mas
de una-que conste el femenino
-se llenó de lágrimas y
de ternuras desarmadas-y fue firme:
la luna, las estrellas, el fresco de
la noche de noviembre, tal vez
Wendy buscando a Peter
Pan???, y las caras amables seguidas de
los dichos, cuando los encontré a mi regreso
en la exacta vereda rosarina, de baldosas a cuadritos.
Parece simple-a veces-la vida. Sin querer parafresear
a nadie, y menos a Joan. A veces, algunas, toma
contigo cerveza?, y de vez en cuando a colores se despliega
como un atlas, y nos sentimos en buenas manos, se hace de nuestra
medida, toma nuestro paso y es feliz como un niño....................¡¡¡
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para nombrar lo que ofrece a los que saben usarla.
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martes, 13 de noviembre de 2012

Cuando se planta un árbol, uno sabe (o debería saberlo) que harán falta unos cuantos
años para poder sentarse abajo. En el espacio tiempo de la espera, que tendrá también sus
encantos, ya que se verá la transformación lenta y sostenida de sus ramas y
tronco, se puede construir o pensar, en una galería que circunde el todo o las partes
de la casa que habitemos.
Cuando hablamos de una galería a diseñar, será interesante pensarla en relación
al asoleamiento, en nuestro hemisferio ello se ve beneficiado cuando se la ubica
al este o al norte. Dara beneficios con su sombra,  en los meses de verano
en los cuales el sol pasa en su cenit.
La galería, ese espacio de transición entre la sombra y la luz, es un filtro
propicio para cultivar en recipientes, plantas de hojas variadas en distintos tonos y texturas.
En la penumbra ganan los conjuntos de hojas con brillos en
contraste con otras de opaca superficie.
Este es el lugar donde hacer crecer lo
que tanto nos atrae en las casas de ventas
de plantas, y que en otro lado no
sobrevivirían.
Las palmeras como Kentia, Raphis excelsa,
Phoenix roebellini, en envases de no menos
de 50 cm. de diámetro, y algo similar en
altura, serán las plantas adecuadas al
sitio, sobretodo si las adquirimos de
tamaños importantes.
Las colgantes Columnneas, Philodendros 
scandens,helechos, platycerium (cuerno
de arce), ceropegias o pelleaea, armarán
escenas propias de "Río de Janeiro", si
logramos usar recipientes neutros, sencillos
de buenas cadenas portantes, con platos
recojedores del agua sobrante y sin portamacetas
que confunden y ocultan el excedente.
Pedestales, escaleras, estantes, ayudaran
a pensar el espacio casi tropical, en donde
las begonias, crotones, bromelias e hypoestes, retratarán la foto de nuestro encanto.
El riego será constante y mesurado, sin barro, solo lo suficiente para mojar
formalmente sus raíces. Cuando se piense en floraciones para estos sitios, grandes
protagonistas del encanto y la seducción, -sean pájaros o mujeres- se puede
pensar en Cyclamen y Azaleas japónicas. En pequeños recipientes-crecer apretado de
la escuela inglesa-y en tierras especialmente ácidas-turba o resaca- harán que en invierno
y en primavera florezcan plantas, charlas, confesiones e historias.....
De ahí derecho, a la fantasía lánguida del atardecer silencioso y poblado de
seres vivos de la galería.
Solo falta el libro: si se puede elegir, que
sea Freedom de J. Franzen y les auguro
un placer largo.